El ADN vegetal es una macromolécula esponja natural que absorbe la humedad y la retiene (capta 10.000 veces su volumen). Forma un film que humecta y evita la deshidratación, dándole a la piel un elemento vital para su salud y belleza. Al ser degradado por las enzimas epidérmicas es absorbido, favoreciendo así el metabolismo celular y dando un efecto rejuvenecedor. Sus propiedades cicatrizantes y regenerativas dan gran vitalidad a la piel.

El ADN vegetal es una macromolécula esponja natural que absorbe la humedad y la retiene (capta 10.000 veces su volumen). Forma un film que humecta y evita la deshidratación, dándole a la piel un elemento vital para su salud y belleza. Al ser degradado por las enzimas epidérmicas es absorbido, favoreciendo así el metabolismo celular y dando un efecto rejuvenecedor. Sus propiedades cicatrizantes y regenerativas dan gran vitalidad a la piel.

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